Reconocimiento a León Gieco

En un sentido acto, AMIA y la Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos homenajearon a las víctimas judías de la última dictadura que sufrió la Argentina. El encuentro contó con la actuación especial de León Gieco, quien fue reconocido por su compromiso con la Memoria, la Verdad y la Justicia.

“Es un gran honor homenajear hoy a los desaparecidos judíos y a sus familiares, quienes lucharon no solo por sus seres queridos sino también en beneficio de la humanidad entera”, destacó el presidente de AMIA, Agustín Zbar. “Su trabajo nos ayuda a reparar el mundo y da un poderoso mensaje de luz a las nuevas generaciones”, agregó ante la gran concurrencia que colmó el auditorio de la institución.

Homenaje a los desaparecidos judíos.

La ceremonia dio inicio con las palabras de Beatriz Sznaider, quien recordó a su hermano Jorge, desaparecido en 1979. El siguiente orador fue Mauricio Brodsky, quien habló sobre su hijo Fernando, desaparecido el mismo año.

A continuación Zbar le entregó a Gieco un reconocimiento por su colaboración artística en diversas causas vinculadas al fortalecimiento de la memoria, incluida su participación en el video “Memoria AMIA”, en el que participó en 2016 en el marco del 22º aniversario del atentado a la institución de la calle Pasteur.

Al cierre, León Gieco deleitó a los presentes con un recital exclusivo, en el que interpretó sus canciones “El desembarco”, “La memoria”, “Hombres de hierro” y “El ángel de la bicicleta”, así como también “Sólo le pido a Dios”, de Mercedes Sosa,  “Canto en la rama”, de Leda Valladares, y “Como la cigarra”, de María Elena Walsh.

Condujo la ceremonia Ariel Cohen Imach, director del Vaad Hajinuj, quien presentó las actividades educativas desarrolladas por AMIA durante el año para mantener viva la memoria de los desaparecidos y continuar sosteniendo el reclamo de Justicia y Verdad. El homenaje se llevó a cabo por decimoquinto año consecutivo en el marco de un nuevo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se estima que entre 1976 y 1983 desaparecieron en la Argentina entre 1.800 y 2.000 argentinos de origen judío.