
Desde el domingo 2 de diciembre, 25 de Kislev en el calendario hebreo, celebramos durante ocho días Jánuca, festividad que recuerda la lucha heroica de los macabeos por conservar su fe y las tradiciones del judaísmo, bajo el imperio helénico.
Tras rebelarse y combatir a los griegos, quienes les habían prohibido la observancia de su religión y el estudio de la Torá, los macabeos recuperaron el Templo Sagrado de Jerusalem, que había sido profanado. Allí prendieron una menorá, candelabro de 7 brazos, que se encendía diariamente.
Aunque el aceite del Gran Templo solo alcanzaba para una jornada, la menorá ardió, sin interrupción, durante 8 días. Para difundir este milagro, nuestros sabios establecieron la mitzvá (mandato) de encender, durante el mismo período y de forma progresiva, una janukiá, candelabro de 8 luminarias.
La “Fiesta de las luminarias” nos enseña que nuestra vida solo brillará si nos comprometemos con lo que sucede a nuestro alrededor, enfrentando nuestros desafíos, y luchando por nuestra fe, a pesar de que los obstáculos parezcan imposibles de superar. En este nuevo Jánuca, invitamos a todos a encender la janukiá e iluminar el mundo con nuestros valores milenarios. ¡Jánuca sameaj!