
En una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), el pasado 18 de julio se rindió homenaje, en la sede del organismo en Washington, a las víctimas fatales del atentado contra la AMIA, y se condenó el accionar terrorista en todas sus formas y manifestaciones.
“Mi país sufrió un ataque terrorista brutal contra la sede de la Amia el 18 de julio de 1994, que causó la muerte de 85 personas y más de 300 heridos”, aseguró en la sesión extraordinaria la embajadora argentina ante el organismo regional, Paula Bertol. “Este irracional ataque contra personas inocentes no se debe olvidar, tampoco el perpetrado contra la Embajada de Israel en 1992 en Buenos Aires, ni el ataque terrorista que tuvo lugar en noviembre de 2017 en el que cinco argentinos perdieron la vida en New York”, señaló.
“Los actos de terrorismo no sólo constituyen una amenaza a la paz y a la seguridad internacional, sino también a la dignidad humana, a la convivencia pacífica y civilizada, a la estabilidad y a la consolidación de la democracia y al desarrollo económico y social de nuestras naciones,” remarcó Bertol en otro tramo de su discurso.
Por su parte, el secretario general de la OEA Luis Almagro, que el año pasado fue orador central del Acto Central frente a la sede de la AMIA, convocó a los países de la región a «cooperar» para actuar en forma conjunta contra el antisemitismo y la amenaza de los grupos terroristas.
Luego de la sesión que se realizó en el Salón Bolívar de la OEA, los presentes asistieron a una ceremonia que tuvo lugar en el patio central del organismo, en la que se compartió un minuto de silencio, se leyeron los nombres de las 85 víctimas mortales del atentado a la AMIA y se encendió una vela por cada uno de ellos.
«No hay mejor tributo a las víctimas que mantener viva su memoria y fortalecer la búsqueda de justicia», aseguró Bertol en el homenaje.
La sesión especial se enmarcó en la serie de eventos que el gobierno argentino, a través de sus representaciones conjuntamente con el Congreso Judío Mundial, realizó en más de 20 ciudades capitales con el objetivo de mantener viva la memoria.