Diez abogados representan este miércoles al primer ministro, Benjamín Netanyahu, en la audiencia ante el fiscal general del Estado, Avichai Mandeblit, en su última oportunidad para defenderse de las acusaciones de cohecho, fraude y abuso de confianza en tres casos de corrupción.

El miércoles y jueves, el equipo legal de Netanyahu presentará los argumentos de defensa del conocido como caso 4000 o caso Bezeq, el más grave porque incluye un supuesto delito de cohecho.

Se sospecha que Netanyahu hizo favores entre 2012 y 2017 al gigante de telefonía israelí Bezeq a cambio de cobertura favorable de él y su mujer Sara en un popular digital de noticias Walla, ambos controlados por el mismo empresario, Shaul Elovitch.

El equipo de defensa centrará sus esfuerzos en intentar que se retire el cargo de cohecho y que la acusación se quede en los de fraude y abuso de confianza, lo que podría facilitar al primer ministro llegar a un acuerdo de culpabilidad con la Fiscalía.

El domingo y lunes, se abordarán los casos 1000 y 2000, ambos por supuestos fraude y abuso de confianza.

En el primero se investiga si aceptó lujosos regalos de millonarios para él y su familia -hasta un millón de shekels (unos 260.000 euros) en carísimos puros (cigarros), joyas, viajes y champán francés- de dos millonarios a cambio de favores.

En el segundo, caso 2000, se examina un presunto intento de pacto con Arnon Mozes, editor del diario de pago de mayor difusión de Israel, el «Yediot Aharonot» para lograr una cobertura más positiva sobre él a cambio de dañar la distribución del diario rival, el gratuito «Israel Hayom».

El equipo de abogados de Netanyahu podrá presentar más argumentos por escrito la próxima semana, tras lo que el fiscal general tendrá que tomar la decisión de si retira los cargos o acusa formalmente a Netanyahu, lo que llevaría a la apertura del juicio oral.

Como acusado, Netanyahu no estaría obligado a dejar su cargo de primer ministro o diputado, pero si finalmente es condenado, el Parlamento (Knéset) podrá votar su destitución si el delito implica «depravación moral» como en el caso de cargo de cohecho, según recoge la Ley Básica israelí, con rango constitucional.

Lo que sí provocaría la formalización de su acusación es la imposibilidad de que Netanyahu se siente en un gobierno de unidad con su rival Benny Gantz, de la coalición centrista Azul y Blanco.

La formación centrista canceló hoy sus reuniones con el Likud y el encuentro entre los dos líderes, al considerar que Netanyahu lo quería utilizar «para desviar la atención de su situación judicial», declaró hoy una fuente de Azul y Blanco al diario Maariv. EFE.

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