
Benjamín Netanyahu revalidó con una clara victoria su liderazgo en el Likud y ahora encabezará la lista para las elecciones de marzo en Israel. Queda aún pendiente la definición acerca de su situación legal de la cual depende su posibilidad de renovar, también, el cargo de primer ministro de Israel.
Los afiliados del partido optaron por Netanyahu, quien lidera el partido de forma ininterrumpida desde 2005, con un 72,5% de los votos.
Su rival, Gideon Saar, obtuvo el 27,5% del apoyo, quedando en mejor posición que anteriores contrincantes de Netanyahu en primarias, pero sin superar el 30% del umbral que le permitiría consolidarse como una alternativa interna.
En las últimas elecciones de este tipo, celebradas por el partido en 2014, el hoy embajador israelí en Naciones Unidas, Danny Danon, alcanzó solo el 19 % de adhesión, mientra que, en 2016, las mismas fueron canceladas porque no hubo candidato que osara a retar a Netanyahu.
Saar dijo hoy no estar arrepentido de haber desafiado al actual Primer Ministro porque «aquellos que no están dispuestos a arriesgarse, nunca tendrán éxito», pero se ofreció a trabajar «juntos por el bien de una victoria del Likud en la Knéset».
Con esta posición de Saar, la formación no ahonda en sus fisuras aunque, por el moemento, Netanyahu no pueda garantizar otro Gobierno del Likud: su situación legal lo ha invalidado como negociador ante la coalición centrista, Azul y Blanco (Kajol Laván) y la ley no asegura que pueda recibir el mandato del presidente para formar Ejecutivo.
«Parece que el acusado Netanyahu, que está llevando al Estado de Israel por un camino de corrupción, continuará liderando el Likud», lamentó hoy Benny Gantz, de Azul y Blanco tras los resultados publicados.
«Estas elecciones exigen que coloquemos un espejo frente al ‘partido Netanyahu’ y que tomemos la decisión de unidad, dignidad y reconciliación interna», pidió a los votantes de cara a los próximos comicios que según las encuestas arrojan similares resultados a los anteriores con una leve ventaja del Azul y Blanco.
Por su parte, los partidos aliados de derecha y el ultraortodoxo sefaradí Shas felicitaron al jefe de Gobierno en funciones y apostaron por mantener el bloque gubernamental tras la cita electoral.
Pero, aunque finalmente también respaldara a Netanyahu el voto popular, la Corte Suprema examinará la próxima semana si legalmente puede encargarse de una formación de Gobierno.
El fiscal general del Estado, Avichai Mandelblit – quien le acusara en noviembre de cohecho, fraude y abuso de confianza – ha declinado de momento pronunciarse sobre esta cuestión. Sin embargo la Corte, a petición de un grupo de académicos y ciudadanos, ha convocado una audiencia el próximo martes 31 para estudiar si esta circunstancia se ajusta a la ley israelí.
Mandelblit reiteró hoy que no hay «bases legales» que le obliguen a dar una opinión legal hasta que la Corte se pronuncie definitivamente sobre la demanda.
Con el éxito de las primarias, Netanyahu se siente también confiado de ganar en las próximas elecciones del 2 de marzo.
«Con la ayuda de Dios y la vuestra, llevaré al Likud a una gran victoria en las próximas elecciones y continuaré dirigiendo el Estado de Israel a logros sin precedentes», adelantó ajeno al debate legal.
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