En el marco de la crisis sanitaria, provocada por el COVID-19, Israel anticipó una escasez de respiradores en los sectores público, privado y sin fines de lucro. La estrategia definida no fue la adquisición de más equipos de este tipo, sino la realización de un esfuerzo tecnológico para evitar que los pacientes los necesiten.

Antes del inicio de la pandemia, la empresa emergente local Respinova ya desarrollaba Pulsehaler, un dispositivo médico para ayudar a los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) a mejorar su respiración y evitar la ventilación asistida.

Pulsehaler administra pulsaciones de presión de aire durante todo el ciclo de respiración. Así, reabre las vías cerradas y despeja las obstrucciones. El tratamiento no invasivo de “corte de aire” de 20 minutos puede ser auto administrado por el propio paciente.

Un ensayo inicial, realizado en el Centro Médico Hadassah, en 22 pacientes con EPOC, mostró una mejora significativa en la capacidad de ejercicio, un predictor clave de enfermedad y muerte en personas con dichas afecciones.

Una segunda prueba, llevada adelante en el Centro Médico Yitzhak Shamir en Tzrifin, reveló que Pulsehaler puede conseguir resultados exitosos y reabrir las vías respiratorias cerradas.

Según los datos de los estudios de EPOC realizados por Respinova, Cliff Ansel, su director ejecutivo, cree que Pulsehaler puede complementar otras terapias utilizadas para tratar pacientes con COVID-19.

De acuerdo con el directivo, las ondas de presión pulsantes pueden mejorar la oxigenación, reducir las obstrucciones y el riesgo de infección secundaria, ayudando a evitar que el deterioro llegue a un estado que requiera asistencia respiratoria mecánica.

Prevención, tratamiento y rehabilitación

“Intentamos ayudar a combatir la pandemia en nuestro camino hacia el tratamiento de una enfermedad que no se trata en forma masiva, como es la EPOC”, explicó Ansel.

Pulsehaler podría colaborar con la atención de COVID-19 en tres escenarios: pre-tratar a pacientes con EPOC de alto riesgo en sus casas o en un centro de enfermería para mejorar la función pulmonar y reducir el riesgo si se infectan; tratar a los enfermos hospitalizados con COVID-19 para prevenir el deterioro; y ocuparse de aquellos que se han recuperado pero que tienen insuficiencia pulmonar a largo plazo.

“Ya se publicó mucho sobre el uso de vibraciones para movilizar las secreciones mucosas y mejorar la oxigenación en pacientes ventilados, incluidos aquellos con síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Esto es lo que suele suceder cuando los pacientes con COVID-19 se vuelven críticos”, afirmó Ansel.

El doctor Ishay Ostfeld, cirujano cardiotorácico y coronel retirado del Cuerpo Médico de las Fuerzas de Defensa de Israel, coincidió en que Pulsehaler podría ayudar a los pacientes con COVID-19. “Hemos visto que los enfermos más vulnerables, como aquellos con EPOC en asilos de ancianos, tienen el mayor riesgo de desarrollar un caso grave si se infectan. Si este dispositivo puede mejorar los pulmones de estos pacientes antes de la infección, podría mitigar la gravedad”, aseguró.

Oportunidad de reducción de costos

Ansel describió que los pacientes moderados y graves de COVID-19 son a veces tratados con dispositivos de ventilación no invasivos como CPAP y BiPAP pero que estos pueden ser un vector de infección. “Pulsehaler se puede configurar con un filtro de salida para evitar la propagación».

Cada parte del Pulsehaler que toca al paciente se puede quitar para que el mismo lo reutilice, mientras que la base y las unidades portátiles se pueden desinfectar. Dado que cada tratamiento toma solo 20 minutos, los hospitales podrían usar uno para varios pacientes. Eso lo haría altamente rentable.

Respinova se prepara para ensayos clínicos en hospitales y hogares de ancianos de Israel, especialmente en en pacientes con SDRA. La compañía también busca la autorización de uso de emergencia para Pulsehaler en otros países del mundo.

Fuente: ISRAEL21c

Más noticias de Israel en Aurora.