
Compartimos el mensaje del Gran Rabino Gabriel Davidovich:
“Según la tradición judía, el 18 de Yiar, que este año se conmemora a partir de la puesta del sol del jueves 29 de abril, es un momento muy destacado dentro del calendario judío debido a que se celebra Lag Baomer.
En esta fecha, se llega al día treinta y tres de la ‘cuenta del Omer’, que es aquella que registra el período de cuarenta y nueve días entre el segundo día de Pesaj y la festividad de Shavuot, sin embargo, este ostenta un significado mucho más profundo y místico.
En Lag Baomer, luego de una etapa de duelo, en el cual no se realizan casamientos, debido a la inmensa pérdida surgida por el fallecimiento de gran parte de los alumnos de Rabí Akiva en este intervalo de tiempo, honramos la memoria de Rabí Shimón Bar Iojai, uno de sus principales discípulos, quien logró comprender y revelar las dimensiones más secretas de la Cabalá judía.
En un determinado momento, Rabí Shimón Bar Iojai habló en contra del accionar de los romanos, quienes dominaban la Tierra de Israel en esa época, y tuvo que esconderse junto a su hijo Rabí Elazar por una gran cantidad de tiempo.
Por su gran mérito, Di-s hizo crecer milagrosamente un árbol de algarrobo y que fluyera un río por la entrada de la cueva, proveyéndoles la nutrición básica para que pudieran sobrevivir. Ellos comenzaron a estudiar Torá durante años sin ninguna interrupción, lo que posibilitó que ingresaran en lo más profundo de las santas escrituras.
Asimismo, en el día de su fallecimiento, Rabí Shimón, ordenó a sus discípulos que recordaran esta fecha como “un día de alegría”. Es por eso, que cada Lag Baomer celebramos su vida y la revelación de la parte esotérica de la Torá.
Con esto en mente, se realizan excursiones, en las cuales es tradición que los niños jueguen con el arco y flecha, y bailen alrededor de fogatas con gran júbilo.
Esta costumbre, está vinculada con la situación en la cual vivían los judíos durante la vida de Rabí Shimón Bar Iojai, caracterizada por el dominio del Imperio Romano, y por la prohibición existente del estudio de la Torá. Es por ello, que los estudiantes salían al bosque con arcos y flechas, para evitar que las patrullas se dieran cuenta que se dirigían a estudiar Torá y pensaran que solamente iban a cazar.
Quiera el Todopoderoso, que podamos aprovechar la influencia de este día tan especial para nuestro crecimiento personal, y para inculcar la alegría que caracteriza esta celebración a todos los ámbitos de nuestras vidas. Amén”.