
Josef Kleinman fue un símbolo de uno de los juicios más reconocidos de la historia: el de Eichmann en Jerusalén. Falleció a los 91 años en Israel, donde se había radicado luego de sobrevivir a la Shoá.
A los 31 años, fue el testigo más joven en testificar contra Adolf Eichmann, el infame jerarca nazi de Auschwitz. Durante el juicio, Kleinman describió los experimentos de Josef Mengele y la vida en los campos.
Junto a su hermano, pudieron escapar del campo para irse a Dachau. En la liberación, un soldado judío de Estados Unidos le ofreció una remera que Kleinman aseguró que siempre la llevó consigo.
Luego del fin de la guerra, los hermanos Kleinman pasaron por Chipre antes de llegar en 1947 al territorio que hoy es Israel. Allí, Yosef se unió al ejército y luego fundaron una carpintería con su hermano. Formó una familia junto a Jaia, y tuvieron tres hijos, 16 nietos y cuatro bisnietos.
Según recuerdan diversos medios, Kleinman tenía la costumbre de salir con una foto de su familia cada Iom HaShoá luego de la sirena, exclamando «Am Israel Jai».
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