
Con 2.800 años de antigüedad, se revelaron evidencias de un terremoto en Jerusalén, mencionado en los libros de Amós y Zacarías. Las mismas se encontraron luego de excavar en el Parque Nacional de la Ciudad de David.
La Autoridad de Antigüedades de Israel, responsable de las excavaciones, encontró objetos rotos, como velas, frascos de almacenamiento y utensilios de cocina. A su vez, constataron que no se trató de algo deliberado, por lo que estiman que la causa del colapso fue el gran sismo durante el periodo del reino de Judá.
Los directores arqueológicos Joe Uziel y Ortal Chalaf afirmaron: “Cuando excavamos la estructura y descubrimos una capa de destrucción del siglo VIII a. C., nos sorprendió mucho. Sabemos que Jerusalén continuó existiendo hasta la destrucción de Babilonia, que ocurrió unos 200 años después. Nos preguntamos qué podría haber causado esto”.
Y agregaron: “El terremoto que ocurrió a mediados del siglo VIII a. C. fue probablemente uno de los más fuertes y dañinos de la antigüedad. Y la evidencia del hecho se descubrió previamente en excavaciones realizadas en varios sitios en todo Israel, como Hazor, Gezer, Tel Agol y Tel Zafit/Gat. Las últimas que realizamos en la Ciudad de David indican que el terremoto probablemente también afectó a Jerusalén”.
Por último, los trozos de cerámica fueron llevados a laboratorios de la Autoridad de Antigüedades para que los reconstruyan. Los hallazgos y la investigación hecha se publicarán en septiembre en una conferencia arqueológica anual del Instituto Megalim. La misma se hará en Jerusalén.
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