Compartimos el mensaje del Gran Rabino Gabriel Davidovich:

“Este domingo 28 de noviembre al anochecer, 25 de Kislev según el calendario judío, comienza la celebración de Janucá, festividad que conmemora la épica y triunfante lucha de los macabeos, un pequeño grupo de personas, contra el ejército del gran imperio griego, en pos de conservar su fe y sus costumbres ancestrales.

Luego de vencer a los griegos, quienes les habían prohibido el cumplimiento de su religión y el estudio de la Torá, intentando así que los judíos se asimilen completamente a su cultura, se reconquistó el templo sagrado de Jerusalem, que había sido profanado de su santidad original.

Fue allí cuando prendieron la Menorá, el  gran candelabro de siete brazos, que se encendía diariamente en este sagrado sitio.

La Menorá representa el estudio de la Torá, la tradición que ha mantenido a nuestro pueblo unido y apegado al Creador del universo. Es la luz del estudio de la Torá la que nos alumbró durante miles de años de sombrío exilio.

Si bien el aceite que quedaba en el Gran Templo sólo alcanzaba para un día, la Menorá ardió ininterrumpidamente durante ocho días.

Para propagar este  milagro sin precedentes, nuestros sabios  instituyeron  la “mitzvá” (el precepto) de encender, durante el mismo período y de forma progresiva, una “janukiá”, es decir, un candelabro de ocho luminarias.

Janucá, llamada también la “Fiesta de las luminarias”, nos enseña que nuestra vida solo resplandecerá si nos implicamos con lo que sucede a nuestro entorno, afrontando nuestros retos, y  luchando por nuestra fe.

Deseo a toda nuestra kehilá,  que tengamos un hermoso Janucá lleno de bendición e inspiración. Jag sameaj”