Entre decenas de agujas, hilos, y cuadraditos de lana, más de 45 voluntarias y tejedoras de AMIA, la organización Internacional Cadena Argentina y Fundación Tzedaká protagonizaron una jornada de tejido solidario, en la que crearon mantas de abrigo, que serán donadas a un comedor de la localidad de Escobar, al que asisten 130 niños y niñas en situación de vulnerabilidad social.

La iniciativa contó con la organización conjunta de las áreas de Voluntariado, Personas Mayores y del Vaad Hakehilot de AMIA, ya que también se sumaron a la propuesta comunidades del interior del país.

Con el nombre “Punto a punto”, la jornada se desarrolló el 21 de junio, día en que comenzó el invierno. “Es un momento del año en que se pone más de relieve la necesidad de ayudar a quienes menos tienen para que cuenten con abrigo, especialmente en los días de baja temperatura”, señaló Eliana Epelbaum, coordinadora del área de Voluntariado de AMIA.

Al dar la bienvenida a todas las voluntarias y marcar el inicio de la jornada solidaria, que se desarrolló en la sede de AMIA en Uriburu 650, Eliana Epelbaum señaló que la iniciativa surgió cuando descubrieron que existe en el calendario un día internacional dedicado a promover el tejido en público.

“La fecha se conmemora el 12 de junio y nos motivó a organizar rápidamente una jornada en que pudiéramos demostrar cómo con una acción colectiva se puede brindar una respuesta concreta para ayudar a los demás”, indicó.

En la jornada solidaria, también compartió unas palabras Ruth Chan, supervisora del Centro Jofesh para Personas Mayores de AMIA, quien destacó los valores que hay detrás del hecho de “abrigar y de cuidar al otro”, y que se pusieron de manifiesto en la iniciativa llevada a cabo.

Por su parte, Wanda Wurman, directora de la organización Cadena Argentina, agradeció la participación de todas las voluntarias y destacó la importancia de la tarea solidaria realizada para poder llevar abrigos a niños y niñas que lo necesitan.

El encuentro solidario contó con dos momentos especiales que se organizaron con la idea de ofrecer una grata compañía a las tejedoras mientras confeccionaban las mantas. “Por un lado, convocamos al guitarrista Nico Marzuk, para que con su música amenizara la actividad, y a Olga Walter, voluntaria del proyecto Cuentacuentos de AMIA, quien narró un cuento que entretuvo a todos los presentes», destacó la coordinadora de Voluntariado de la institución.