
El miércoles 31 de agosto se conmemoró el Día Internacional de la Solidaridad, una oportunidad que nos brindó el calendario para difundir y valorizar el aporte que realizan las personas que, desinteresadamente, brindan su tiempo, comparten conocimiento, y ofrecen ayuda concreta para solucionar problemas y aliviar distintas necesidades.
A través de su área de Voluntariado, AMIA sigue canalizando el interés de muchas personas que sienten la necesidad de hacer algo por los demás, y poner en práctica, de esta manera, el gran valor de la ayuda mutua y la cooperación para acercar soluciones y respuestas a quienes más lo necesitan.
“Si existe la voluntad, la acción es cuestión de decisión”, sostiene Eliana Epelbaum, coordinadora del área de Voluntariado de la institución, quien reconoce que todos poseemos habilidades y destrezas únicas que hacen la diferencia a la hora de ayudar. “No importa la edad, ni el recorrido laboral o profesional ni el tiempo que dispongamos. Todo suma a la hora de poner en práctica la solidaridad”, remarca.
Los programas Cartas contra la soledad, Lebaker, Tejedoras Solidarias, Cuentacuentos y Te Abrigo son algunos de los muchos proyectos del Voluntariado de AMIA, en los que decenas de voluntarios materializan el valor de la solidaridad, y logran un impacto positivo y esperanzador en quienes reciben los frutos de sus acciones.
Precisamente, luego de finalizado el último encuentro del proyecto Te Abrigo, que se realiza conjuntamente entre AMIA y Tikunea, -por el cual se intervienen tazas para donar-, la carta de una colaboradora logró sintetizar -de acuerdo con las palabras de Eliana Epelbaum- «la esencia del voluntariado».
El texto fue escrito por Viviana y tiene como destinatario a quien recibirá y usará la taza en el comedor solidario de la Escuela Weitzman: “Esta taza te desea, te augura, que te acompañe. Y que cada vez que sientas que las cosas no son como uno quisiera, la leas, la utilices y sigas adelante. Que albergues el sentimiento de que siempre se puede.”
“Las personas voluntarias son agentes de cambio. Ayudan a reparar el mundo, desde un sentido íntegro de la justicia social y la promoción de los derechos sociales. Por eso, les agradecemos a todos nuestros colaboradores su enorme compromiso y su vocación por ayudar”, concluyó la coordinadora del área de Voluntariado de AMIA.