Según los datos del Comité Electoral Central, que ha contado cerca de 4 millones de sufragios de los comicios de ayer, el partido de derecha Likud de Netanyahu sería primera fuerza con 32 asientos, y tendría una amplia mayoría de 65 escaños para volver al poder con el apoyo de los ultraderechistas de Sionismo Religioso (14) y de las dos formaciones ultraortodoxas, la sefaradí Shas (11) y la ashkenazí UTJ (8).

A la espera de que el escrutinio sea más amplio, el bloque anti-Netanyahu que lidera el actual primer ministro en funciones, Yair Lapid, está por ahora muy por debajo, y la amalgama de fuerzas de derecha, centro e izquierda que encabeza se quedaría con 50 escaños. La formación árabe de izquierda Hadash-Ta’al se quedaría con los cinco escaños restantes.

Aunque todo esto podría cambiar si el partido de izquierda Meretz o el nacionalista árabe Balad superaran el 3,25% de los votos necesarios para ingresar al parlamento.

El partido centrista de Lapid, Yesh Atid, seguiría como segunda fuerza con unos 24 escaños, pero la formación sin Meretz, le restaría al bloque anti-Netayahu cuatro escaños.

Los sondeos a pie de urna difundidos anoche tras el cierre de los colegios electorales en Israel daban una mayoría mínima de entre 61 y 62 escaños al bloque pro-Netanyahu, mientras que los partidos contrarios a que el ex jefe de Gobierno vuelva al poder se quedaban con entre 54 y 55 asientos.

Tras estas encuestas, Lapid se mostró anoche muy cauto durante su discurso en la sede electoral de Yesh Atid, donde instó a esperar a «contar hasta la última papeleta» antes de sacar conclusiones.

«Esta noche se prolonga durante dos días. Hasta que no se cuente la última papeleta, nada está terminado ni cerrado. Esperaremos, aunque no tengamos paciencia, los datos finales», afirmó el jefe del Ejecutivo en funciones.

Por su parte, el ambiente era más optimista en la sede del Likud de Netanyahu, que celebró estar «al borde de una gran victoria», aunque pidió cautela hasta que las cifras sean definitivas.

Israel celebró este martes 1° de noviembre sus quintos comicios en menos de cuatro años, y busca salir de la parálisis política y del círculo vicioso que le ha llevado a una ronda electoral tras otra desde 2019.

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